Sería al menos irresponsable no señalar lo que está pasando en Medellín. Cada día hay una mentira del alcalde Quintero o una denuncia que hace olvidar la anterior. Lo malo es que el alcalde ni siquiera da explicaciones, todo lo atribuye a una oposición supuestamente irreflexiva que quiere quitarle el poder.

Cuando era candidato, Quintero llegó al Concejo a decir que se estaban robando a EPM y ese fue su caballito de batalla en campaña. Nunca sustentó sus denuncias. Ya en la Alcaldía, puso en riesgo la continuación del proyecto Hidroituango, asumió la operación de Electricaribe y cambió a la junta directiva lo que le valió una primera baja en la calificación crediticia. La segunda confirma el mal manejo de la empresa, encarece la deuda, pone en riesgo su estabilidad financiera y compromete sus inversiones a futuro. Recordemos que EPM con sus utilidades ha financiado muchas obras sociales, bibliotecas y becas, que este gobierno ha puesto en riesgo sin sonrojarse.

Pero las dinámicas de Medellín son tan poderosas que ni siquiera una alcaldía mediocre las puede detener. El tranvía de la 80 es un proyecto que han impulsado varias administraciones. El gobierno municipal actual recibió el dinero de cofinanciación que había solicitado el anterior, pero no ha puesto ni la primera piedra. En vez de ponerle toda la determinación a este proyecto que requiere de al menos otros tres periodos de gobiernos para terminarse, va a gastarse varios miles de millones de pesos para realizar los estudios de una línea subterránea que sabemos de antemano que es inviable. ¿Cuántas obras sociales podían hacerse con el dinero de este nuevo estudio, producto de una promesa despistada que hizo Quintero recién llegado de Bogotá?

Mientras la ciudad estaba pensando en cómo extender a otras etapas del ciclo de vida el exitoso programa Buen Comienzo, decidieron más bien recortar su presupuesto en una cuarta parte, cambiaron los contratistas, el programa empezó tarde, se dejaron muchos niños sin alimentar y se pusieron en peligro como demuestran las recientes denuncias de abuso sexual.

Todo lo que hemos construido está en riesgo, la falta de rumbo no es lo más preocupante, sino que mientras nos dividen para continuar en el poder están dañando todo lo que habíamos logrado como ciudad. Daniel Quintero y su grupo político deben tener claro que serán reemplazados porque no queremos más corrupción, no más asignación de dependencias de la Alcaldía a grupos políticos que han amañado la contratación, queremos defender a EPM, a buen comienzo, a nuestro metro… La verdad es que la revocatoria es lo menos que se merecen